La castración en perros, se plantea como la solución a muchos malos comportamientos, pero en ocasiones se desconoce por completo, que esta práctica no necesariamente es la panacea de todos los problemas caninos.
A continuación mencionaremos brevemente algunos factores que debemos de tener en cuenta antes de tomar una decisión de este tipo.
- La castración surge su mayor efecto en las conductas caninas relacionadas con la agresión por dominancia (relacionada estrechamente con la parte hormonal) y agresión sexual.
- La castración no soluciona comportamientos agresivos por depredación, perseguir niños o adultos que se muevan rápido. Este tipo de agresión no se relaciona para nada con la parte hormonal.
- La castración no soluciona los casos de agresión por timidez.
- La castración no mejora los casos de perros agresivos por nervios o inseguridad y si hay muchas posibilidades de que el perro empeore sus temores después de castrado.
- La castración disminuye enormemente el marcaje territorial (orinar alzando la pata) y en algunos casos la soluciona por completo.
- La castración desaparece conductas indeseables como montar las piernas de la gente tratando de copular en ellas.
- La castración no cura la agresión hacia extraños o agresión territorial.
- Un perro castrado no necesariamente se volverá obeso o gordo si su dueño proporciona el ejercicio adecuado y una alimentación balanceada.
- Un perro castrado no sufrirá un trauma psicológico, ya que la sexualidad en los animales es meramente un proceso biológico para reproducir la especie y en ningún momento tiene el mismo significado que en el ser humano.
Existen actualmente opciones de castración química, que son reversibles. Esto nos ayudara a no tomar una decisión drástica (castración quirúrgica) que no es reversible y que no servirá de mucho o que empeorara en cuadro conductual de perro.